Danza que se conoce también con el nombre de los «doctorcitos». Hasta la década de los ’40 la danza se llamó wayra, pero en ese año otro grupo
de personas la retomó con el nuevo nombre de siklla. Según versión de un informante, la danza del wayra dejó de bailarse en la segunda mitad de los años ’30. Años después, debido a que el prioste de la fiesta contrató a una banda de otro pueblo, en vez de solicitar, como era costumbre, a la banda de artesanos de Paucartambo, éstos decidieron participar en la fiesta de ese año presentando una danza. Fue entonces que hicieron aparecer la danza del siklla o de los doctorcitos que ese año se bailó con música de conga que estaba de moda en esa época.
Según mi informante, la banda de artesanos que también salía a tocar a otros sitios, debió haber visto esta danza fuera del pueblo, iniciándola en esa oportunidad en Paucartambo. Tanto en las danzas del wayra como en la del siklla se representa a los abogados y a autoridades locales considerados corruptos y abusivos, especialmente con la población indígena. La representación consiste en la realización de un juicio a los maqt’a que participan en esta comparsa.
El juicio es en quechua y castellano y tiene un tono satírico. Las danzas del wayra y del siklla se diferencian en el traje; los wayra usan una chaqueta oscura y pantalones de color con adornos bordados, similar al machu de los contradanza. Los siklla usan un frac negro y un sombrero negro alto. La existencia de dos versiones de esta danza parece corresponder al patrón de transformación de las danzas en versiones «más mestizas» o paucartambinizadas.
En la actualidad, la comparsa de los siklla está integrada por personas de menores recursos, por lo general residentes en Paucartambo y la danza no siempre cuenta con un karguyuq. Debido a esta circunstancia, la participación de la comparsa no está siempre garantizada. El vestuario no es muy elaborado y la coreografía se ha simplificado, respetando el argumento central de la danza. No hay pasos fijos y se deja espacio a la improvisación; sobre todo en la representación del juicio. Si bien los danzantes cumplen con una serie de reglas de comportamiento tácitas, no cuentan con un grado de institucionalidad tan elevado como el de otras comparsas.
Los personajes que integran esta comparsa son un fiscal (jefe de la danza), varios vocales, un alcalde, y los maqt’a.
El grupo musical que los acompaña está integrado por un violín, quenas, acordeón, arpa y bombo (eventualmente una batería y un güiro).