La tradición dice que se trata de una danza de origen Inca que representa a los jóvenes guerreros de ese entonces. Su coreografía expresa agilidad
y tiene movimientos que aluden a la lucha y al triunfo guerrero. La comparsa de los k’achampa está integrada por un caporal (jefe de la danza), y dos capitanes que encabezan las dos filas de danzantes k’achampa. El conjunto musical que los acompaña es una banda típica de pitos, tambor y bombo.
Este grupo, al igual que el de la comparsa de los chukchu, está integrado por jóvenes y personas de pocos recursos, no siempre logra comprometer a un karguyuq, y no tiene una organización muy sólida. Por esta razón su participación está sujeta a las posibilidades económicas y al entusiasmo de los bailarines.